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Review – Final Fantasy VII Rebirth
State of the art
Empujar horizontes en cualquier ámbito y estar a la vanguardia es un proceso costoso que por supuesto, genera riesgos sumamente importantes. Prácticamente desde que nació como serie, Final Fantasy siempre ha llevado el estandarte de la innovación en muchos sentidos, sobre todo del lado tecnológico. En la era del primer PlayStation y PlayStation 2, la antes llamada Square Soft, daba pasos agigantados sobre la competencia, al punto de empezar a producir sofisticados largometrajes animados. Dicha filosofía ha cambiado dentro del publisher y estudio japonés, sin embargo, buena parte de esa visión hacia el futuro y de siempre estar en la cima tecnológica, se mantiene. Para prueba, el ambicioso proyecto de traer de regreso uno de los RPG más icónicos y queridos de todos los tiempos, el cual, está dando un nuevo paso con Final Fantasy VII Rebirth, AAA que simplemente te deja con la boca abierta por todo lo que intenta y por la manera en la que lo ejecuta, permitiéndonos experimentar uno de los videojuegos más avanzados de la generación en curso.
La ambición siempre puede ser un arma de doble filo. Sobre todo dentro de la industria de los videojuegos, apuntar demasiado alto ha llevado a que múltiples proyectos con un enorme potencial, se estrellen sin más remedio. Hay que saber decir “hasta aquí, no más.” Una de las cosas que precisamente más impresionan de Final Fantasy VII Rebirth es que probablemente todo lo que se propuso Square Enix hacer con esta continuación, se logró poner dentro del producto final, esto con resultados verdaderamente sobresalientes, pues no solo estamos ante un maravilloso RPG de acción que indudablemente ha grabado su nombre dentro de la historia con letras de oro, sino ante un inmenso título de mundo abierto que brilla intensamente por todo lo que ofrece. Encima de esto se luce un relato memorable con varios de los personajes más entrañables del medio. Los también padres de Seiken Densetsu ponen sobre la mesa a uno de sus mejores trabajos, cosa que claro, es mucho decir.
Historia inolvidable, épica
Una de las principales razones por las que la mayoría de nosotros se enamoró de Final Fantasy sin importar cuál haya sido el primer juego que jugamos, tiene que ver con la muy especial manera en la que cuenta sus historias. De inicio, cualquiera de estos relatos podría parecer como un cuento de fantasía más, pero la manera en la que se concentra por completo en sus personajes, haciéndolos el eje principal de todo, le da un sabor verdaderamente especial a la experiencia. Por supuesto, Final Fantasy VII Rebirth parte de una historia ya probada y adorada por los fans, sin embargo, consigue elevarla a nuevos niveles gracias a la tridimensionalidad que le da a sus protagonistas y cómo es que profundiza en cada uno de ellos, haciendo que precisamente esa característica tan particular de esta serie que te mencioné, brille más que nunca.
Antes de pasar a contarte más sobre todo lo que sucede en Final Fantasy VII Rebirth y claro, cómo se compara con lo que vimos en el juego original del primer PlayStation, me parece que es importante quitar de la mesa la pregunta de: “¿tengo que haber jugado Final Fantasy VII Remake o cualquier otra cosa para entrarle a este nuevo?”. La respuesta es un rotundo sí. A pesar de que Square Enix ha vendido la idea de que cualquiera puede tomar Rebirth sin problemas, la realidad es que estamos ante una secuela en toda la extensión del término. Sí, hay una recapitulación de los hechos pasados y todo, pero en realidad es solo para refrescar la memoria de quienes sí jugaron Remake, por lo que te diría que sí, sí tienes que haber jugado dicho título antes de entrar a éste. Y ¿qué hay del episodio de Yuffie que venía en Final Fantasy VII Remake: Intergrade? Ese sí es totalmente opcional. Sería bueno jugarlo antes, pero para nada obligatorio. Algo que sí te diría, deberías de tener lo más presente posible sería Crisis Core: Final Fantasy VII. No te revelaré demasiado, pero por algo fue relanzado hace poco. Ahora, Zack Fair es más importante de lo que podrías pensar.
Aclarado lo anterior, te cuento que Final Fantasy VII Rebirth arranca exactamente después de los eventos que dieron final a Final Fantasy VII Remake. Las acciones de Cloud y compañía con Avalanche han hecho estragos al interior de Shinra e incluso, causado daños colaterales en Midgard que simplemente no se habían calculado. La compañía energética está cansada de los ataques, por lo que inicia una despiadada campaña para encontrar a los responsables. Sin más opción, nuestros protagonistas deben de huir de la gran ciudad en busca de un lugar seguro y de aliados que puedan ayudar con su causa. A partir de este momento, nos embarcamos en un gran viaje que nos permitirá visitar varios de los lugares más exóticos e interesantes de todo el planeta en busca de salvarlo de una vez por todas.
Evidentemente, una de las principales cuestiones alrededor de la historia de Final Fantasy VII Rebirth era la de qué tanto se iba a separar de la del juego original, esto considerando los importantes cambios que vimos en su antecesor. Acá estoy en una auténtica encrucijada, pues cualquier revelación concreta de todo este tema, me llevaría inevitablemente a caer en los infames spoilers, pues en efecto, es un juego que es fácil de arruinar. Lo que te puedo decir es que hay sorpresas mayores prácticamente desde que inicia el juego, el cual, creo que hace un gran trabajo en modificar ciertos hechos y sobre todo ampliarlos, para posteriormente regresar a una línea mucho más conocida. Es un sentimiento extraño, pues estás viviendo un relato que ya conocimos, pero que en más de una ocasión se siente como algo totalmente nuevo. ¿Habrá polémica por cierto hecho con cierta protagonista? Sin lugar a dudas. No puedo esperar para ya poder platicar con otros sobre esto y mucho más. El final, por supuesto, es otro punto que dará mucho de qué hablar.
Algo en lo que indudablemente se decidió profundizar un montón en Final Fantasy VII Rebirth es en sus personajes y cómo es que nos relacionamos con ellos. Verás, además de que el propio lore de Barret, Aerith, Red XIII, Tifa y de los nuevos que llegan es amplificado considerablemente si se compara con lo que vimos en el juego de 1997, se introduce un nuevo sistema de relaciones bastante interesante. En ciertos puntos de la historia, podrás tener conversaciones con tus compañeros, mismas que te llevarán a cambiar tu relación con ellos. Las respuestas que des llegan a impactar en la forma en la que por ejemplo, desbloqueas nuevos movimientos de sinergia en combate con ellos, mecánica de la que claro, te hablaré más adelante. Además, existen ciertos quests secundarios que se centran en uno de ellos en específico que igualmente afectan dicha relación. No esperes algo de la profundidad de por ejemplo, los Persona, pero sí un elemento que te acerca más a estos rostros que te acompañarán por muchas horas.
La historia de Final Fantasy VII Rebirth es simplemente inolvidable. Es épica por momentos, pero también muy humana y hasta ridícula por otros. Las casi 60 horas que nos tomó completarla prácticamente no se sintieron y por supuesto, aún nos quedaron bastante cosas por hacer, por lo que te diría que el tiempo de juego total seguramente se acerca a las 100 horas, una locura. Square Enix supo perfectamente cómo volver a escribir las partes que lo necesitaban, y dejar intactas las que no, pero lo más loable sin duda, es la manera en la que presenta a sus personajes, los cuales, se sienten más humanos y vivos que nunca. Es impresionante los lazos que uno puede formar con personas que no existen, pero por la bella manera en la que fueron creados y claro, actuados, hacen que se sientan seres totalmente reales, pues en efecto, también vale muchísimo la pena destacar el gran trabajo de actuación de voces que se hizo. Igualmente, algo que me impresionó fue cómo es que cada NPC que conocemos, por más efímero que pueda parecer el encuentro con él o ella, algo tienen qué decir, mismo caso de prácticamente todas las actividades secundarias que hacemos. Estamos ante un juego que todo el tiempo te está contando algo. Desde las complejas razones de la maldad de Sephiroth, hasta una anciana que perdió a sus gallinas por un descuido.
Ampliando sobre fundamentos sólidos
Evidentemente, lo que más emocionaba de un remake de Final Fantasy VII era la manera en la que Square Enix transformaría a todo este universo con gráficas modernas, dejando atrás las encantadoras, pero rudimentarias abstracciones del juego original, no obstante, al menos en mi opinión, el logro más importante de Final Fantasy VII Remake más bien tuvo que ver con la forma en la que se cambió el combate por turnos tradicional, en uno que básicamente mezcla toda esa estrategia de selección de comandos, con un súper bien logrado sistema de acción que brilla de manera intensa, dando como resultado un sabor muy especial que incluso más que lo que hizo Final Fantasy XVI, acá se siente el verdadero futuro de la serie y hasta del género.
Justo como todos ya lo esperábamos, el gameplay general de Final Fantasy VII Rebirth parte de los grandes fundamentos instaurados por su antecesor, es decir, está de regreso esta mezcla entre un RPG en el que tenemos tiempo de seleccionar movimientos, y uno con una acción frenética. La mecánica de llenar nuestras barras de ATB para ejecutar una habilidad o magia está de regreso, así como el poder invocar un summon o por qué no, echar mano de nuestro Limit Break para generar un daño devastador. Por supuesto, este título no se iba a quedar solo ahí, cosa que en caso de haber sucedido, la verdad es que no existía mucho espacio para quejas dado lo profundo y bien logrado que es todo este sistema de combate.
Como ya te lo había platicado, en Final Fantasy VII Rebirth las relaciones juegan un nuevo papel. Verás, ahora se introduce una mecánica conocida como Synergy Skills, la cual, nos permite ejecutar movimientos especiales con la ayuda de alguno de los dos miembros activos de nuestra party. Dicho sistema consta de dos niveles. Lo que podríamos considerar acciones sencillas que se ejecutan usando R1 y después alguno de los botones frontales para que por ejemplo, Barret lance a Red contra uno de los enemigos, que Cloud remate un ataque luego de un combo de Tifa, o por qué no, que Yuffie haga las veces de guardaespaldas de Aerith. Del otro lado tenemos los comandos especiales, mismos que son una especie de Limit Break pero en conjunto y que suelen causar mucho daño al enemigo que los recibe. Estos movimientos en particular, requieren de cierta carga de quienes los van a ejecutar.
¿Y cómo se configura todo esto? Pues bien, los ahora árboles de habilidades están dictados en buena parte por los puntos de habilidad que nos generan nuestras relaciones. Además de la convivencia, diálogos y quests de los que ya te hablaba, podremos ir desbloqueando más movimientos conforme subamos de nivel. Algo interesante es que estos puntos se pueden reiniciar en cualquier momento por si es que los invertiste en algo que no te está funcionando, por supuesto, esto invita mucho a la experimentación.
Para nada te diría que todo este asunto de las Synergy Skills cambia la manera en la que se juega Final Fantasy VII Rebirth en comparación con Remake, más bien se le agrega una nueva capa de profundidad y se suman opciones cuando estás en combate. Me sigue impresionando lo divertido y sobre todo diferente que es controlar a cada uno los miembros de te equipo. Simplemente no hay ninguno malo. Hablando de miembros, te cuento que Yuffie, a quien precisamente usamos en Intergrade, se suma a nuestras filas, esto junto con Cait Sith y una que otra sorpresa de las que no te puedo hablar.
La variedad de enemigos es más impresionante que nunca. Cada que visitas un nuevo bioma o zona en general, te toparás con enemigos totalmente diferentes que presentan sus propias características, patrones de ataques y claro, sistema de debilidades y fortalezas. Algo que me impresionó es que incluso más que su antecesor, Final Fantasy VII Rebirth luce una enorme cantidad de épicos enfrentamientos contra jefes, varios de ellos verdaderamente memorables y muy emocionantes. Sí, el simulador de combate de Chadley está de regreso para que pongas a pruebas tus habilidades y en ciertas circunstancias, puedas desbloquear nuevos summons.
Si hablamos de puro combate y gameplay en su forma más pura, me parece que Final Fantasy VII Rebirth es uno de los RPG de acción más brillantes e interesantes de toda la historia. Square Enix ha construido algo verdaderamente especial que en ningún momento pierde de su mira lo más importante: ser un videojuego divertido, retador y sumamente satisfactorio que siempre te invita a estar mejorando y experimentando con nuevas ideas, incluso después de decenas de horas de juego y cientos de enfrentamientos, el iniciar con una nueva pelea nunca se sintió aburrido o cansado.
¿Mundo abierto?
Si uno se pone a pensar por un momento, en realidad fueron, en buena parte, los RPG de antaño algunos de los primeros juegos que nos dejaban explorar un gran mundo casi con completa libertad. Por supuesto, nuestro concepto de “mundo abierto” moderno poco tiene que ver con lo que se hacía en el rol en los años ochenta o noventa, sin embargo, podríamos decir que de ahí parten muchas ideas que vemos hoy en día. Todos sabíamos que si Final Fantasy VII Remake terminaba tras todos los sucesos en Midgard, su secuela tendría que dejarnos explorar cosas como las Grasslands, Junon o Corel. ¿Cómo es que Square Enix resolvería este asunto considerando la ambición del proyecto? El reto no fue sencillo, pero me alegra comunicarte que se superó satisfactoriamente.
Lo primero que es importante aclarar es la estructura que tiene Final Fantasy VII Rebirth. ¿Estamos ante un juego de mundo abierto? La respuesta por un lado es un rotundo sí y por el otro no tanto. La realidad es que el equipo desarrollador tomó la muy acertada decisión de apostar por una forma híbrida que precisamente mezcla zonas amplias que se pueden explorar a placer, con lugares delimitados. Verás, habrá momentos en los que debido a la naturaleza narrativa del juego, tendrás que por ejemplo, atravesar un calabozo mientras se te cuentan hechos importantes para la historia que se nos está presentando. Dichos lugares suelen servir como conexión entre los espacios abiertos que componen a la superficie del planeta.
¿Es posible llegar caminando de una zona abierta a la siguiente? En algunos casos sí, pero en otros, por la propia composición del mundo, no. Te pondré un ejemplo. Es totalmente posible llegar caminando y sin ver pantallas de carga entre lo que son las Grasslands y el área de Junon, esto por medio de unas minas que como te decía, hacen las veces de calabozo; no obstante, cuando te mueves de Junon a Costa del Sol para visitar Corel, forzosamente tienes que tomar un barco para llegar, pues un océano está entre ambos continentes. Ahora, es totalmente posible regresar a cualquiera de estas zonas incluso si avanzaste casi hasta el final de la historia, aunque es importante mencionar que sí hay secciones que pueden llegar a durar cuatro o hasta cinco horas en las que estás completamente atado a un lugar confinado debido a cuestiones narrativas. Repito, Final Fantasy VII Rebirth es un híbrido entre un juego de mundo abierto moderno, y más bien las estructura más lineal y guiada que vimos en Final Fantasy VII Remake.
Y a todo esto ¿qué tanto puedes hacer en las zonas abiertas de Final Fantasy VII Rebirth? ¿Cumplen con su cometido? Como te podrás imaginar, acá hay mucho qué decir, más de lo que en realidad pensaba, pues luego del previo que tuvimos con el título hace unas semanas, me quedó la inquietud de la manera en la que Square Enix se estaba aproximando a todo este asunto. A pesar de que estamos ante mundos abiertos altamente sistemáticos, las actividades que nos presentan están perfectamente bien pensadas y sobre todo, diseñadas para sorprendernos de diferentes maneras, cosa que para nada me esperaba, pues las experiencias en las que te obligan a tener que estar persiguiendo iconos en un mapa, suelen precisamente sufrir por falta de espontaneidad y como te decía, sorpresa sobre el jugador. Este no es el caso.
Te pondré un par de ejemplos para intentar ilustrar lo anterior. Verás, algunas de las actividades predeterminadas que incluye Final Fantasy VII Rebirth, tienen que ver con rastrear unas zonas conocidas como Lifesprings, las cuales, son escaneadas por nosotros para que Chadley reciba útil información del mundo que posteriormente utilizará para fabricar más y mejor Materia. Esto podría sonar tonto y hasta aburrido, sin embargo, una vez que completas lo que básicamente se convierte en un sidequest por lo divertido que es explorar para encontrar estos puntos, llegas a un lugar especial en el que tienes que enfrentarte contra una bestia mítica que si vencemos, nos da una gran recompensa. Algo que tiene el título es que sus grandes momentos pueden empezar como algo que parece sin mucha importancia, y poco a poco tomar una gran forma.
Otro gran ejemplo de lo anterior son las Protorelics. Estos objetos ligados a un personaje histórico aparecen en cada una de las zonas abiertas de Final Fantasy VII Rebirth. Por ejemplo, en las Grasslands están ligadas a una sub historia que involucra a un grupo de ridículos bandidos que para cuando logras tu cometido, ya estás encariñado con estos tontos villanos. En Junon, todo lo de la Protorelic tiene que ver con un juego de mesa dentro del mundo de Final Fantasy VII conocido como Fort Condor, el cual, es básicamente un juego de estrategia en el que se vive una historia propia que debemos de completar para poder acabar con el quest. Una verdadera maravilla que no esperaba que fuera a funcionar de tan buena forma.
La manera en la que nos desplazamos y en general, cómo es que están construidas las áreas abiertas de Final Fantasy VII Rebirth también es un asunto interesante. Cloud ahora puede trepar por ciertos obstáculos o dejarse caer en desniveles, esto claro, para que movernos por estos terrenos sea un poco más fluido. Ahora, es importante aclarar que para nada estamos ante algo del nivel de libertad de los últimos dos The Legend of Zelda, por ejemplo. Acá los mapas están bien delimitados y por momentos sientes que todo está perfectamente planeado para sigamos una ruta determinada por la forma en la que están puestos sus puntos de interés. Esto no le resta tanto al sentimiento de exploración, solo quiero que sepas que si ves un risco o una pared de gran altura, no esperes que nuestros héroes la vayan a poder trepar. Claro que está el asunto de los Chocobos que nos permite movernos a mayor velocidad o por ejemplo, en Junon, escalar paredes predeterminadas de forma vertical. Recalcar el “predeterminadas”, pues el juego no va a permitir que pases por un lugar que no está pensado para eso.
Los puntos de interés de los que te hablaba, mismos que por cierto puedes revelar por medio de las clásicas torres, varían en cosas como retos de pelea en los que por ejemplo, debes de acabar con un grupo de enemigos bajo ciertas condiciones y antes de que termine el tiempo. También hay campos de excavación en los que usando a tu Chocobo, podrás rastrear nuevos chips para poder fabricar más y mejores ítems porque sí, en Final Fantasy VII Rebirth ya puedes fabricar tus propias cosas usando los diferentes materiales que vas recolectando a lo largo del mundo. Indudablemente, una de mis partes favoritas de todo esto son los puntos de información de summon. Verás, luego de encontrar estos lugares sagrados con la ayuda de unas luces guía, Chadley podrá fabricar la Materia de un nuevo Summon, al cual, podrás enfrentar en el simulador de combate para así, ya poder usar su poder cuando estés en combate. Uno de los puntos a resaltar del juego es la manera en la que prácticamente todo lo que haces, tiene un impacto directo en otros sistemas de la propia experiencia, además de que constantemente se está buscando contar una historia.
Hablando de contar historias, me alegra mucho comunicarte que los sidequests de Final Fantasy VII Rebirth son simplemente brillantes. Además de todas las actividades de las que ya te platiqué, el nuevo título de Square Enix cuenta con múltiples historias secundarias para conocer distintos NPCs y claro, forjar mayores lazos con los miembros de nuestro equipo. A pesar de que si bien, algunos de ellos son el clásico “ve y trae esto” o “ve y derrota a tal enemigo”, la manera en la que se construyen y sobre todo, intentan contar una historia por más pequeña que pueda ser, les da un sabor sumamente especial y muy disfrutable. Puede que en las zonas abiertas no te vayas a encontrar de la nada con un calabozo, pero te puedo decir que algunos de estos sidequests, precisamente me llevaron a intrincados sistemas de cuevas que derivaron con el enfrentamiento de un jefe, lo cual, me pude haber perdido por completo si me hubiera seguido directo por la línea principal. Otro punto a destacar de todo este asunto es que el título no se desboca poniendo 10 mil de estas actividades. Es cuidadoso y se siente que hubo una curación importante. Atrás ha quedado la decepción en este apartado que nos dejó Final Fantasy XVI el año pasado.
Regresando un poco al tema de los calabozos y cómo es que Final Fantasy VII Rebirth convierte en horas lo que en el juego original solo te tomaba un par de minutos, tenemos que los miembros de nuestra party cuentan con ciertas habilidades especiales que nos servirán para resolver estas secciones. Por ejemplo, Barret puede destruir cristales rocosos que estorben en nuestro camino, mientras que Yuffie puede sacar una cuerda con un gancho para columpiarse a diferentes puntos. El diseño de estas partes contenidas es verdaderamente brillante, pues ideas como las que te comenté mezcladas con el intrincado combate propio del título, dan como resultado secciones sumamente divertidas de completar sean o no parte de la historia principal.
Los mini juegos siempre fueron una de las partes más importantes del Final Fantasy VII original. Esas ideas que cambiaban por completo el ritmo de la experiencia y nos ponían en un humor muy distinto al del RPG clásico. Luego de lo que se hizo con Remake, en Final Fantasy VII Rebirth simplemente se fueron a otro nivel en este aspecto. Además de la complejidad de Fort Condor del que ya te platiqué, el título cuenta con su propio TCG de estrategia conocido como Queen’s Blood en el que te puedes clavar tanto como quieras. A mi me comenzó a atrapar, pero me tuve que alejar por cuestiones de tiempo. Así de bueno es. Además, tenemos retos de ritmo mientras intentamos insertarnos en las fuerzas de Shinra, uno de boxeo a nuestras llegada al Gold Saucer, o las múltiples actividades que hay en la playa de Costa del Sol. Algunos de estos mini juegos son un tanto sencillos, pero indudablemente divertidos. Uno de mis favoritos tiene que ver con los asentamientos de Moogles en donde tienes que recolectar a una serie de ellos que se perdieron.
Final Fantasy VII Rebirth es un videojuego verdaderamente masivo. La escala y alcance que tiene en todo sentido el nuevo título exclusivo de PS5 es verdaderamente abrumador. Lo interesante acá es que Square Enix no cayó en simplemente crear algo de grandísimas dimensiones que empezara a perder sentido. Cada una de sus partes se siente relevante y en conexión con el resto de los sistemas, es decir, todo lo que haces, además de ser muy divertido, tiene algún tipo de impacto en las otras partes de la experiencia. No solo se creó un gran juego de mundo abierto, sino también un fantástico RPG de acción lineal que sabe perfectamente cuándo y cómo detenerse un momento para experimentar con ideas que por momentos son tan buenas, que darían para tener juegos completos… sí, es una indirecta para que se haga un juego completo de Fort Condor o de Queen’s Blood.
De siguiente generación
Como ya te lo comentaba hace unos momentos, la obsesión que se tiene dentro de algunos estudios y publishers con las súper producciones AAA que sobre todo, buscan que los videojuegos siempre estén avanzando en términos de presentación audiovisual, es buena parte de las razones por las cuales la industria está en crisis; sin embargo, siempre que a uno le toca ver algo hecho por la familia de los PlayStation Studios, por ejemplo, es difícil no querer que este tipo de esfuerzos se sigan haciendo. Final Fantasy VII Rebirth es otro gran ejemplo de lo anterior, poniendo sobre la mesa un imponente apartado gráfico que si bien, tiene un par de detalles, deja claro lo que es un título totalmente pensado para explotar las capacidades del PS5.
Comencemos con la parte de los números. Final Fantasy VII Rebirth ofrece dos modos de visualización. El primero de ellos es del de calidad, el cual, arroja una preciosa imagen en 4K nativo que en más de una ocasión hará que tu boca se caiga al piso, aunque claro a 30 cuadros por segundo. La segunda es la de rendimiento, misma que por lanzar el juego a 60 cuadros, baja considerablemente la resolución. De acuerdo con los primeros análisis técnicos, dicha resolución es de 1440p. Luego de las quejas por lo que pasó con el demo en esta modalidad, se lanzó un nuevo parche que ha hecho que la calidad de la imagen del modo de rendimiento mejore considerablemente. Te seguimos recomendando jugar en el modo de 30 cuadros, pero es claro que se arregló parte del problema. Mi amplia recomendación es que juegues en calidad de imagen, pues es obvio que el título está pensado para este modo, además de que su rendimiento a 30 cuadros es totalmente estable incluso cuando las cosas se ponen verdaderamente intensas en pantalla.
Final Fantasy VII Rebirth es un juego gráficamente muy, pero muy impresionante. El nivel de detalle de sus escenarios y sobre todo de sus personajes, te hace sentir que de verdad estás jugando algo de nueva generación. A pesar de lo anterior, el Unreal Engine 4 nos presenta algunas inconsistencias que esperemos, se puedan corregir con una actualización. Una de las más notorias sucede cuando de la nada, ciertas texturas simplemente no cargaron. Puede que llegues a la punta de un bello risco con detalles por todos lados y que por ejemplo, su punta luzca sin la textura o con geometría incorrecta. De igual forma, llegué a notar que algunas partes del piso no tienen mucho sentido. Por ejemplo, puede que veas unas rocas que de la nada se corten por la textura de un pasto, como si estuviera mal puesta. Esto no se llega a notar en todo momento, pero cuando lo hace, es complicado no verlo. Otro asunto que probablemente tome tu vista, es que cuando estás recorriendo uno de los escenarios abiertos, varios de sus objetos van apareciendo o ganando geometría conforme nosotros pasamos cerca. Nada grave, pero igualmente notorio.
El audio es uno de los puntos más altos de toda la experiencia que representa Final Fantasy VII Rebirth. El trabajo musical es sublime y sin temor a equivocarme, te puedo decir que estamos ante la mejor banda sonora de todo este año. Las nuevas composiciones probablemente solo se vean superadas por los arreglos orquestales que se le hicieron a las melodías más icónicas del juego original. De verdad, los logros en este nivel son sumamente impresionantes. Ni qué decir de la mezcla de audio, la cual, llenará tus oídos en todo momento. Es tiempo de que saques tus mejores audífonos o de que estrenes ese sistema de audio que tanto te costó. Igualmente de destacar las actuaciones de voz en inglés de cada uno de los personajes. Square Enix está en otro nivel siempre que se trata de sonido.
¿Y qué hay del tema de los bugs y glitches? Considerando la enorme dimensión de Final Fantasy VII Rebirth, indudablemente una de las preocupaciones normales que todos podemos llegar a tener, tiene que ver justamente con los errores del juego, pues el proceso de control de calidad puede ser una verdadera pesadilla. Acá te tenemos muy buenas noticias. Fuera de los defectos gráficos de los que ya te platicamos, el título está verdaderamente limpio. Sí, en un par de momentos alguno de los miembros de nuestra party o NPCs hicieron un movimiento raro que claramente no era parte de su programación normal, pero fuera de eso, todo se siente brutalmente sólido. El estudio desarrollador sí está entregando un producto que tuvo el tiempo suficiente en el horno.
Final Fantasy VII Rebirth es uno de esos juegos que constantemente hará que te detengas para usar su modo de fotografía para capturar tal o cual momento. Esa mágica llegada a la ciudad baja de Junon, toda la diversión y colores de The Gold Saucer o las playas de Costa del Sol, harán que de verdad te sientas en un viaje inolvidable con personajes que de verdad te importan. Las gráficas, así como la dirección de arte y audio general del juego, impactan fuertemente en la ilusión que se está construyendo a nuestro alrededor que para serte sincero, no quería dejar incluso después de que los créditos finales estaban rodando.
Uno de los mejores RPG de todos los tiempos
Sobresalir en medio de una industria tan competida que además, está sumida en una fuerte crisis en sus niveles más altos, para nada es sencillo. Mucho menos si hablamos de un juego exclusivo que carga con la enorme responsabilidad de hacernos olvidar aunque sea un poco la dura escasez de títulos first party que está sufriendo PlayStation. Con todo en su contra, Square Enix está entregando una auténtica obra maestra que brilla de manera intensa en cada uno de sus apartados, mismos que si bien, tienen un par de asperezas aquí y allá, para nada pierden su objetivo de vista. Final Fantasy VII Rebirth es esa secuela que esperábamos de este relato épico al que por cierto, aún le falta su conclusión, misma que por supuesto, no nos podría emocionar más.
Uno de los mejores relatos que el medio jamás haya visto, personajes memorables que de verdad importan, refinado sistema de combate que se ve amplificado con grande ideas nuevas, mundos abiertos vivos que todo el tiempo te están sorprendiendo y claro, una presentación audiovisual de auténtico alarido, hacen que Final Fantasy VII Rebirth no solo sea el más serio candidato a quedarse con el título de Juego del Año este 2024, sino uno de los representantes de su género más destacados de toda la historia. No, no exagero. Estamos ante uno de los mejores RPG de acción de esta maravillosa forma de entretenimiento, asunto que por supuesto es mucho decir si uno considera todo lo que se ha hecho en el pasado. Square Enix ha conectado un cuadrangular que incluso se fue del estadio y por su parte, el PS5 se apunta una nueva exclusiva que indudablemente cura lo que no están haciendo los propios estudios internos de Sony.